miércoles, 3 de abril de 2013

Día 3. La mitad del mundo...

Van dos días de viaje, dos días de emoción y de aventura, de adrenalina y endorfinas circulando por todo el cuerpo.
Sin embargo, el cuerpo se cansa, y es sábado, por ello decidimos cambiar un poco la rutina hoy.  No madrugamos, y con el consejo y compañía de Jairo Loco, vamos a conocer el famoso cementerio de Tulcán.
"Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una dulce muerte." -Leonardo Da Vinci-
 Es difícil organizar a 6 personas para que estas madruguen y estén listas a la misma hora, luego sobre todo de que se definió que no va a haber madrugada.  Es por esto que hoy salimos a la calle a las 8:00 am, por supuesto a buscar desayuno en las cercanías del hotel.  
El descanso fue muy merecido y valorado por el cuerpo, pues aparte del cansancio natural que se tiene en el día, sumado a las 13 horas promedio sobre la moto, se tiene el cansancio adicional de no poder dormir bien por el ruido de la noche de los viernes. 
El Cementerio queda cerca al hotel, unas cuantas cuadras, 15, tal vez 20 minutos caminando, lo cual nos da la oportunidad de conocer la plaza de mercado de Tulcán, recién remodelada, ordenada, bonita, de muchos colores, olores y sabores; hay fruta fresca, "exótica" (al menos para mi que estoy acostumbrado a otras frutas exóticas) y barata, frutillas, duraznos, cerezas, bananos, son las mas comunes, y lo mejor de todo, una libra de duraznos por solo medio dolar...  Me encantan los precios del Ecuador...
El pasillo ineludible hacia la muerte
 El cementerio de Tulcán te sorprende desde la entrada, pues la misma esta rodeada de esculturas vivas, llenas de color verde, son realmente sorprendentes.  Este cementerio ha sido declarado patrimonio cultural del Ecuador, y esto es con justa razón...
Cementerio de Tulcán
Las visitas a los cementerios siempre traen un aire de nostalgia, siempre me recuerdan lo frágiles y débiles que somos, me recuerda que solo somos viajeros, que estamos en un viaje del cual no sobreviviremos...
Al termino de la visita al cementerio salimos hacia el hotel, es casi mediodía y ya es hora de rodar...
En el hotel nos despedimos de Juan Carlos y Caro, pues ellos se quedarán en Tulcán, saldrán mas tarde hacia Otavalo, mientras Alvaro y yo tenemos como meta llegar junto a Jairo Loco hasta Santo Domingo de los Colorados...
A la salida de Tulcán se comienza a ver el paisaje serrano del Ecuador, un paisaje de tierra fría, con amplias vías en magnifico estado.  Unos cuantas decenas de kilómetros adelante comenzamos a descender a un valle, en el cual hacia calor nuevamente. 
Aún estábamos solo entrando al Ecuador, aún faltaba lo que mas anhelábamos desde los últimos kilómetros de Colombia, tanquear la moto con la gasolina subsidiada del Ecuador...
Paisaje al norte de El Juncal
2 USD por galón de gasolina, de mucho mejor calidad que la Colombiana (la cual estaba en promedio a 5 USD/galón), esto hacia que el tanquear la moto, fuera un verdadero placer...
En un lugar conocido como El Juncal, en la parte inferior del valle, paramos a tanquear y a almorzar, en este lugar ya se sentía el sol y el calor, sin embargo estaba el placer de tanquear full la moto por solo 12 USD...

El placer de tanquear!
Entre Tulcán y El Juncal Alvaro  yo empezamos a sospechar que el viaje con Jairo Loco iba a ser un poco complejo, pues es un piloto bastante osado y acelerado, por lo tanto constantemente nos quedábamos rezagados, sin embargo nuestro objetivo no era andar a velocidades de 140 km/h (velocidad ilegal y sancionada con carcel en el Ecuador), adelantando cuanto carro apareciera.
En El Juncal vimos por ultima vez a Jairo Loco y su amigo de la Tornado 250 cc, pues luego de salir de acá, ellos se adelantaron tanto que no los volvimos a ver...

Ultima vez que vimos a Jairo Loco
 Era aproximadamente la 1 de la tarde cuando salimos de El Juncal, con rumbo a Ibarra y luego a Otavalo, con la exagerada ilusión de llegar hasta Santo Domingo de los Colorados, fue por esto que estas ciudades, Ibarra y Otavalo, las atravesamos de largo, parando solamente para tomar un par de fotografías.
Norte de Ibarra
 En Cayambe se encuentra el paralelo 0°, por lo tanto se convierte en parada obligada, puesto que ese es el punto en el cual pasa la línea imaginaria que parte el planeta en dos hemisferios, el norte y el sur, convirtiéndose entonces en otro de los hitos del viaje, la mitad del mundo.
La mitad del mundo
 Estando en la mitad del mundo nos dimos cuenta que eran las 4:30 de la tarde, y que era imposible llegar de día hasta Santo Domingo de Los Colorados, por lo tanto tomamos la decisión de pernoctar en este sitio, y salir de madrugada al día siguiente para que el día fuera provechoso.
Mitad del mundo precisa!
 Luego de tres días de andar en moto de manera continua, se han definido los rituales para cuando se está en tierra en el hospedaje, pues todos los días se hacen, estos rituales se tratan de honrar antes de ir a dormir.
Ritual 1:  Revisar nivel de aceite de la moto, revisar guayas, tornillos y cuanta cosa se le sienta incomoda a la misma.
Ritual 2:  Lavar la ropa que se quita ese día, para tratar que se seque mientras se duerme.
Ritual 3:  Poner a cargar todos los elementos y aparatos electrónicos necesarios en el viaje (Celular, intercomunicador, GPS, cámara).
Ritual 4:  Tomar estas notas
Ritual 5:  (El cual es siempre al dia siguiente)  Volver a acomodar todo en la moto y verificar que este en magnifico estado para arrancar nuevamente.
En Cayambe, puesto que nos establecimos temprano en un hostal en pleno paralelo 0°, la realización de los rituales se realizó sin mayor inconvenientes, terminando el ultimo de estos, casi con luz del día, permitiéndonos comer y acostarnos a dormir temprano para madrugar a rodar el día siguiente.
Entre Tulcán y Cayambe la vía pasa de uno a dos y hasta tres carriles, en este tramo se tienen tres peajes, en los cuales se paga por la moto 0,20 USD cada uno.  En el Ecuador las vías se encuentran en magnifico estado, son amplias, permiten una buena circulación (Vel. Max 100 km/h), con amplias curvas y asfalto en muy buen estado.  El exceso de velocidad entre 100 km/h y 135 km/h se castiga con multa y reducción de puntos en la licencia, y el exceso por encima de 135 km/h se castiga con tres días de cárcel...