domingo, 24 de febrero de 2013

Día 2. Chao Colombia...


Son las 5:00 am, es hora de continuar con el viaje, la luna nos acompaña en la salida...
Luna Payanesa
Una hora y media luego de salir de Popayán empezando a bajar al valle, se empieza a ver el abandono de la Panamericana, vía en muy mal estado, hasta un bus rodado había en el camino.
Siguiendo el descenso al valle, se va calentando el clima, al final se llega a un largo puente con el caudaloso río Patía. 
Es 28 de diciembre faltan 3 días para el año nuevo, y de acá hacia adelante nos lo van a recordar todo el camino, pues la gente pone cuerdas para pedir plata a todo el que pasa, en algunas partes logran ser peligrosos, pues aparecen cuerdas de la nada y no se inmutan al ver las motos, dejan las cuerdas tensionadas.  Inclusive en el primer retén improvisado toco casi pasar las motos por encima para poder obtener el paso, ¿Es que acaso tenemos obligación con ellos?  Esta bien la tradición del muñeco, pero si no lo puedes financiar tu mismo, no obligues a los demás a hacerlo.  
Río Patía
Pero el día de los Santos Inocentes apenas comenzaba, el camino desde los límites entre Cauca y Nariño hasta Ipiales, en este día del año puede llegar a ser bastante peligroso sobre todo si vas en moto...  Todo esto porque resulta que los Nariñenses tienen una ridícula, inconsciente y peligrosa tradición el día de los santos inocentes, consistente en echarle baldados y bolsas llenas de agua a todo el que pasa por el camino.  Teniendo en cuenta que el avance de la moto, y por supuesto tu vida, depende del equilibrio dinámico que se logra con la velocidad y el momento de inercia generado por la misma, recibir un golpe con una cantidad de agua o con una bolsa de agua, puede sacarte de ese equilibro, y de la concentración propia que llevas en el camino, por esto fue que en ese camino nos llevamos bastantes sustos de cuenta de esa peligrosa tradición, sigan así Nariñenses, arriesgando el pellejo de los viajeros que quieren conocer su tierra...
Dejando a un lado la parte maluca del viaje, el paisaje cuando se comienza a subir a San Juan de Pasto, es totalmente increíble, grandes abismos, túneles, montañas y mesetas, adornan el paisaje y hacen que cualquier esfuerzo por viajar valga la pena...
Fotografías de rigor...
En una de esas paradas para tomar un par de fotografías del paisaje, llegan dos motos, una Tornado 250 y una DR 650, en esta ultima viene un amigo de Alvaro, a quien se le conoce popularmente como "Jairoloco", el cual es un señor de unos cuantos años ya, le calculo entre 50 y 60, y que ha recorrido el continente en unas seis veces, una de las cosas mas llamativas de este personaje, es que mientras mi compañero Alvaro y yo vamos hasta Lima, y Juan y Carolina van hasta Ecuador, el personaje en cuestión va hasta Argentina, y el equipaje que cargaba era menos del 50% de lo que nosotros llevabamos...
Continuamos con este par de personajes hasta Pasto, lugar en el que paramos a realizar una buena "mecateada" en uno de esos lugares de lácteos a la orilla de la carretera, simplemente delicioso, y como nos gusta a muchos, en especial cuando viajamos, barato, jejeje....
Pasto no me pareció una ciudad diferente a todas las ciudades medianas en Colombia,  salvo por la altura sobre el nivel del mar, y la mala costumbre de celebrar las fiestas arriesgando la vida de los viajeros (si, todavía tiran agua en balde y en bolsas).  La vía panamericana en esta ciudad está en un estado bastante defectuoso, aunque parece ser que están tratando de arreglarla, espero no se queden toda la vida en ello.  Estamos cerca a uno de los primeros hitos del viaje, salir de Colombia.  Yo he saldo en varias ocasiones del país, he estado en Perú una decena de veces y he estado en Chile, siempre por motivos laborales y en avión.  Sin embargo esta es la primera vez que salgo del país, por mis propios medios, y en el medio de transporte que mas me gusta, mi moto. 
Antes de llegar al mencionado hito, tendríamos que hacer un par de escalas adicionales, Una rica carne oreada antes de Ipiales, una pequeña tanqueada ilegal antes de la frontera (solo uno del grupo lo hizo, y es ilegal, porque es gasolina Ecuatoriana de contrabando), y por supuesto conocer un lugar de culto en esta zona del país, el santuario de Nuestra Señora de las Lajas.
Santuario de Las Lajas
Enclavado en medio de uno de los tantos cañones y abismos que abundan en esta zona del país, este santuario es una obra de arquitectura religiosa, sostenida por encima de una quebrada y ambientada por unas cuantas pequeñas caídas de agua, lo que me recuerda la riqueza hidrica de este país, esa que creemos que será permanente y para siempre, y no cuidamos ni los ríos, ni los bosques que alimentan estos.  
Santuario de Las Lajas
Luego de la parada obligada, de las fotografías respectivas y de una buena caminada al santuario, mas que apropiada para extender los músculos que llevan dos días en la misma posición sobre la moto, continuamos el viaje hacia la frontera, el puente de Rumichaca... 
Frontera Colombo-Ecuatoriana
No es fácil describir la emoción sentida de cumplir uno de los primeros hitos del viaje, salir de Colombia y entrar al Ecuador.  Lo primero es sellar el pasaporte al lado Colombiano, para que la salida del país sea oficial, y por supuesto legal, el lugar esta lleno de tramitadores, cambistas y todo lo que no es extraño encontrar en cualquier oficina burocrática Colombiana, la fila es de unas cuantas personas, 4 o 5 tal vez y el mismo dialogo de siempre con los agentes fronterizos, ¿Hacia donde va? ¿Primera vez por fuera de Colombia? (¿Por que preguntan eso si ven el pasaporte lleno de sellos?), buen viaje...
Hemos llegado al Ecuador, mi emoción y alegría es desbordante, sin embargo, hay una fila de mas de 50 personas esperando sellar sus pasaportes que la alegría se convierte en frustración, al ver que las primeras horas en el vecino país se van a ir en una estática y aburrida fila.  
Aduana del Ecuador, con su amena fila
Es ahí cuando la experiencia de "Jairoloco" nos aconseja algo bastante bueno, "Vámonos para Tulcán, no hay problema, buscamos comida, un hotel y volvemos en la noche, pues el frio ahora espanta toda esta gente".  Dicho y hecho, continuamos hasta Tulcan, unos 10 kilómetros después del puente de Rumichaca, un pueblo ruidoso y atiborrado de gente, (también ayudaba que era un viernes, eran las 6 de la tarde y era 28 de diciembre) encontramos un buen hotel con parqueadero, 11 USD, a un par de cuadras de la plaza de armas y al costado de un chifa donde cenamos unos maravillosos camarones a la parrilla, por solo 7 USD, nos comienza a gustar Ecuador...
A eso de las 9 de la noche, con un frio que calaba los huesos, sobre todo si vas en moto, regresamos a la frontera, donde pudimos sellar el pasaporte, entrando oficial y legalmente a la República del Ecuador, y luego hacer el tramite de entrada legal de la moto, el cual no es complicado, solo se requiere un par de copias de la matricula, de la licencia de conducción, del pasaporte y del sellado del mismo.  Por ser tan tarde pudimos ingresar con el SOAT Colombiano, sin embargo en Ecuador se requiere un SOAT local, que vale 6 USD con validez de un mes.
Ahora si, estamos oficialmente en el Ecuador, chao Colombia, es hora de dormir...

sábado, 23 de febrero de 2013

Día 1. Día de salida

En la Estación de Servicio, pocos minutos antes de salir
La larga espera terminó...
La hora de salir ha llegado, todo está listo, la moto totalmente repostada, cargada... Salimos solo ella y yo desde el parqueadero...
El punto de encuentro es la estación de servicio en el cementerio Montesacro con mis compañeros de Viaje Juan Carlos-Carolina y Alvaro, en una BMW K75 y en una Honda XR 650, respectivamente...

La emoción me llena el corazón y el alma, pocas personas pueden comprender este sentimiento...
Solo van 8 kilómetros de camino, no he salido de Itagüí, aún no son las 5:00 am, la emoción me embarga, el corazón me late, aún ruedo solo, esa misma emoción me quiebra y comienza el primer llanto del viaje...
La aventura comienza, el saludo y la fotografía respectiva, y despedimos el vallé de Aburrá, chao Medellín, chao rutina, lo que nos espera es una gran aventura...
Desayuno en Santagueda, almuerzo en Palmira, la carretera entre Santagueda (Caldas) y Santander de Quilichao (Cauca) esta en magnificas condiciones, algunos tramos entre Cerritos y Santander permite mantener un ritmo constante y legal de 100 km/h...  Nunca antes había mantenido la moto a un ritmo tan constante, en un solo cambio, 5ta marcha, durante tanto tiempo...
De Santander a Popayan no rinde tanto, sin embargo la carretera esta en buenas condiciones, un poco de trafico y de curvas, nada anormal...
La moto comienza a sudar aceite, parece ser que si era necesario cambiar el empaque de culata derecho (antes de salir se iba a cambiar, pero solamente se re-torquearon las tuercas que soportan esta), el nuevo tapón de aceite no es totalmente hermético y pone su cuota de aceite en la bota izquierda...
Por eso en Popayan, antes de cualquier cosa, luego de dejar la moto en el hotel, busco un galón de aceite para mantener controlado el nivel del mismo a lo largo del viaje. (En las maletas llevo un cuarto de aceite adicional, para estar requintando el consumo natural).
  Todos los anteriores viajes que había hecho, se limitaban a una sola jornada de conducción, es por esto que a pesar de llegar cansado, se salía, se daba una vuelta, se conocía, y lo mas importante y cómodo de la vida, no se lavaba ropa en el lavamanos...
Pero este viaje es diferente, este viaje es una aventura y un aprendizaje continuo, y el primero de ellos es aprender a lavar ropa en el lavamanos, para quitar el sudor de todo un dia empacado dentro de la ropa de protección (Ropa que uno siempre debe llevar por protección activa y pasiva en el viaje)...
El hotel es un buen hotel, a buen costo, 20 gaitanes, al frente de la plaza de toros, a 3 cuadras de la vía Panamericana, buena cama, buen baño, internet, y lo mas importante, un parqueadero para las motos...
El viaje continúa...
Popayan...  Me provoca Colombia!!